Ecosistema vial: uso de vías, tenencia de mascotas y maltrato animal
- ivanovpineda
- 18 oct 2020
- 3 Min. de lectura
“Al unir la laxitud de los propietarios de mascotas en su cuidado, y la irresponsabilidad vial, tanto de conductores y ciclistas, el resultado inevitable son los accidentes, que para las mascotas y fauna callejera resultan, en la mayoría de los casos, fatales…”
Salir a pasear una mascota se ha convertido en una actividad peligrosa (o siempre lo ha sido), más aún cuando no se tiene una sociedad educada para respetar al peatón, y mucho menos a los animales.
Las noticias sobre atropellamiento de mascotas y fauna callejera son frecuentes, y no existe conciencia por parte de conductores, y cuidadores de las mismas, sobre las responsabilidades que cada uno tiene en las vías y áreas públicas, y sobre los peligros a los que se enfrentan al no cumplir con las normas establecidas para transitar.
Es así, que algunos conductores se consideran dueños de las vías, y piensan que tienen la prioridad al transitar por las mismas, conduciendo como si estas no tuviesen restricciones de velocidad, o señalización alguna; y lo más preocupante, lo hacen pensando que poseen el derecho de invadir áreas peatonales, bermas, cebras, andenes, y ciclorrutas etc., y demás infraestructura diseñada exclusivamente para la recreación y en tránsito peatonal, y lo más grave conducen en contravía, exponiendo su integridad física y la de terceros.
Ese tipo de conductores, desconocen que en el marco de los “actores viales, los peatones tienen prioridad, y deben ser respetados en las vías, ya que son los más vulnerables ante los vehículos en movimiento, y por lo tanto deben ser protegidos, aún más, si se encuentran en zonas residenciales o no existe infraestructura para transitar, que garantice su seguridad.
En cuanto a los responsables de mascotas, también, aunque son minoría, desconocen el cuidado correcto de las mismas. En múltiples ocasiones se observa a personas paseando mascotas de razas con carácter fuerte, sin traílla y bozal, o las dejan al cuidado de infantes, y por supuesto, descuidan su responsabilidad para hacerse cargo de los desechos de las mismas. En conclusión los responsables de mascotas olvidan lo contemplado en el Código de Policía, y ni hablar de lo que sucede en propiedad horizontal con el desconocimiento a su reglamento y los correspondientes Manuales de Convivencia, que generalmente son estrictos para evitar conflictos por la mala tenencia de las mismas.
Al unir la laxitud de los propietarios de mascotas en su cuidado, y la irresponsabilidad vial, tanto de conductores y ciclistas, el resultado inevitable son los accidentes, que para las mascotas y fauna callejera, resultan en la mayoría de los casos, fatales; y que podrían ser evitables al considerar que en el ecosistema vial, existen múltiples usuarios, que deben, bajo la normatividad vigente, actuar de la mejor manera para disminuir el peligro asociado al uso de las vías y espacios públicos.
Tampoco se puede caer en la indiferencia ante los vehículos de tracción animal, o mal llamadas “zorras”, que aún hacen parte del paisaje cotidiano en áreas urbanas del país. Es inconcebible que en pleno siglo XXI, y con la legislación existente a nivel internacional y nacional, en la que se considera a los animales como seres sintientes, aún sean utilizados en áreas urbanas como medios de transporte de carga. Para nadie es un secreto, que dichos animales son obligados a tener largas jornadas de trabajo, y transportar cargas sobredimensionadas (en volumen y peso), y que no se les ofrecen las mínimas condiciones de alimentación y salubridad para su bienestar. En consecuencia son explotados y maltratados.
Por último, Es responsabilidad de todos los usuarios del espacio público y las vías, de ser responsables de cuidar a las mascotas como seres sintientes, y además que sus propietarios recojan sus desechos. Así como de transitar en vehículos siguiendo las normas de tránsito, y de no contratar a personas que utilicen animales para el transporte, por ejemplo, de escombros. No se puede ser cómplice del maltrato animal.
Apéndice: Instamos a la administración municipal (Madrid-Cundinamarca), a definir más que parques para mascotas (que pueden ser necesarios-no indispensables), la atención prioritaria de la fauna callejera, e incentivar la educación para el cuidado de los animales, en especial para propietarios de mascotas. También diseñar y socializar una política integral para el cuidado animal, dando alcance a lo que se ha planteado, para tal fin, en ciudades como Bogotá.

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